Déjame amarte,
aunque tú no me sonases,
aunque tú no me llamaras.
Déjame quererte,
auque tú no me entendieses,
aunque tú no me pensaras.
Déjame amarte,
aunque tú no lo supieses,
aunque tú no me extrañaras.
Déjame amarte,
aunque no correspondieses
lo que mi alma te entregara.
Pues sin tí me asusta la vida,
no por no tenerte,
sino porque amarte no dejaras.
J. Mario Duplessis