jueves, 30 de noviembre de 2017

Puedes confiar



 sin esperar mucho, confía en la vida
 y prepárate para agradecer lo que ha ocurrido, 
lo que ocurre y lo que vaya a ocurrir porque, 
en definitiva, 
todo pasa por algo

***

Transformación. Retransformación.



“Cuando dejo ir lo que soy, me convierto en lo que podría ser. 

Cuando dejo ir lo que tengo, recibo lo que necesito”

-Lao Tzu-


***


lunes, 27 de noviembre de 2017

martes, 14 de noviembre de 2017

lunes, 13 de noviembre de 2017

domingo, 12 de noviembre de 2017

La Libreria

Deliciosa película de Isabel Coixet

sábado, 11 de noviembre de 2017

Desapego



El desapego no es que tú no debas posees nada, 
es que nada te posea a ti


-Ali ibn Abi Talib-

Cortando bucle

Hay dos formas de enfrentarse a la vida y a los obstáculos.

Modo lucha o modo observación.

Con el primero, luchas y sobrevives.

Es instinto y reacción. Modo inconsciente. Siempre es más de lo mismo.
Son bucles repetitivos.
Te sacrificas, te peleas, te discutes, te desgastas, te derrumbas, te autoexiges, te hundes, te culpabilizas, te anulas...
Siempre por lo mismo.
Buscando fuera suplir tu propia ausencia. Buscando reconocimiento. Buscando amor.
Buscando aceptación. Buscando valoración. Buscando seguridad. Buscando perfección.
Buscando control. Buscando, buscando, buscando.
Buscando en el exterior aquello que necesitas y, por supuesto, no te dan.
Reaccionando a tu carencia. Reaccionando a tu vacío vital.
Y así, haces que tu historia se repita una y otra vez.

Con el segundo, fluyes y vives.

Es atención y creación consciente. No luchas, no reaccionas, no entras en automatismos.
Cortas el bucle. Observas tu mente. Sin más. Respiras. Sientes. Y observas.
Te das cuenta que tú no eres ese pensamiento que está pasando por tu mente en este mismo instante. Lo dejas pasar como un tronco que baja por el río.
Te das cuenta de tu carencia. Te das cuenta de tu vacío pero lo llenas atendiéndote.
Sin ausentarte de ti mismo. Te das cuenta de lo que tu mente está buscando y exigiendo.
Sientes el dolor que ello te produce. Duele, claro. A veces, mucho. Pero el dolor es tuyo, de nadie más. Lo aceptas sin exigir a nadie que te lo calme.
Abrazas tu incomodidad incondicionalmente. Amas el momento. Amas tu historia en este mismo instante. Te amas por encima de todo y de todos. Le dices SÍ a la vida.
A tu vida. Vuelves a respirar. Relajas el cuerpo. Y finalmente, desde la calma y la relajación, DECIDES. Lo que quieras.
Pero DECIDES desde la conexión de tu alma.
No desde la mendicidad de tu mente.
Sin "hacer nada", lo estarás cambiando TODO. Sin luchar, estarás renaciendo de nuevo.
Sin desgastarte, estarás transformando tu vida.
Observa tus pensamientos. No te identifiques con ellos. Déjalos pasar.
Tú eres mucho más que un pensamiento. Tú eres la energía que crea ese pensamiento. 
No luches por cambiar la vida. Vívela y siéntela.
Y viviéndola y sintiéndola, la estarás cambiando.
La vida no va ni de lucha ni de reacción. Va de sabiduría y de creación. Y si lo que quieres es dejar de repetir y ponerte a crear, no hay nada mejor que la observacion.

viernes, 10 de noviembre de 2017

Clara Montes

Clara Montes, con esa voz que tiene, que te traspasa...la maravillosa guitarra de José Luis Montón...y Lorca y Gala que anduvieron por allí. Maravilloso.
 Todo. 


sábado, 4 de noviembre de 2017

En casa de los papis




Daño

Lo que no asumen estas personas es que se puede perdonar, pero también se acaban las ganas, se desgasta el afecto, se esfuma la confianza, se rompen las bases de una relación y llega el momento que no importa si existe o no la falta. El nivel de indiferencia por no quedar sentimiento alguno vivo, se hace cada vez más latente, ya no se espera nada, ya no se apuesta a nada, porque así como un lado asume el perdón, el otro asume la falta y con ella la pérdida.

Perdonar es un don, pero cuando se hace repetitivo con la misma persona, debemos revisar qué es lo que está ocurriendo, uno puede afrontar cierto tipo de decepciones, puede otorgar disculpas, pero esto no puede hacerse un hábito, porque el respeto debe estar presente y lastimar a alguien reiteradas veces no es sano para ninguna de las partes.