Mi
amor, este poema
es para
que lo leas cuando no esté a tu lado,
cuando no pueda ya cuidar de ti.
No te conformes nunca con alguien que no piense
que tu eres una llama más antigua
que el fuego,
que tú eres su razón para vivir.
Aprende a no querer a los que no te
quieran
y elige bien a qué le tendrás miedo:
no habrá sombra que oculte lo
que tú temas ver.
Escapa del que piense
que el aire es la pared de lo
invisible
y huye de aquel que crea
que es más feliz quien menos
necesita,
porque ése no podría necesitarte a
ti.
No te rindas, no olvides jamás que
la tristeza
sólo es la burocracia del dolor.
Y si sientes que el mundo se
derrumba,
no intentes abrazarte
a otro que esté cayendo a la vez que
caes tú,
como yo hice contigo.
Algún día
tendrás que despertarte para salvar
tus sueños.
Algún día sabrás que en las promesas
hay siempre un cristal roto
en el que aúlla el viento frío de la
mentira.
Recuerda todo eso.
No escondas lo que sientes por miedo
a ser frágil,
como aquellos
que por guardar tan bien lo que más
les importa,
lo pierden para siempre.
Recuerda que no hay nada que no
pueda
ocurrir cualquier día.
No olvides que esta obra ha
terminado.
No olvides que le hablas a un teatro
vacío.
Benjamín Prado ( Del libro
"Marea humana" en su segunda edición ampliada).