jueves, 9 de mayo de 2013

La Enfermedad vs La Sanación


Enfermamos cuando aparece la necesidad física para ello, porque forma parte de un proceso, un aprendizaje, o la manifestación de una distorsión aparecida a nivel energético a la cual no le estamos prestando la suficiente atención mental, y, por ende, debe hacerse visible a nivel físico.

En la cara opuesta de la moneda, la sanación es el proceso contrario. Todo el mundo sana cuando a nivel profundamente interno desea sanar, cuando se ha completado el aprendizaje asociado a la enfermedad, y cuando se restaura de nuevo el equilibrio energético que causó el problema

Cuando una enfermedad se ha manifestado ya a nivel físico, hay que tratar el cuerpo físico, pero hay que tratar con mucha más insistencia el problema energético que lo detonó. Mientras la entidad tenga un proceso de aprendizaje en marcha, una lección incompleta o una distorsión energética sin armonizar, el trabajo con el cuerpo físico para restaurar la salud es idéntico a poner capas de pintura en la pared sin solucionar el problema que causa la humedad en la misma.

Tanto la enfermedad como la sanación son procesos idénticos de diferente polaridad. Uno es el resultado de una distorsión energética, el otro es el resultado de una armonización energética. Ambos son el resultado de algo mucho más profundo, un aprendizaje todavía por integrar o un aprendizaje completado. Ambos dependen de la persona que sufre la enfermedad o que sale de ella, y de nadie más. El entorno exterior no es el causante de ninguno de estos dos procesos, sino que sirve solo como apoyo, herramienta, excusa o método para caer enfermo, o para recuperar la salud. Y todas las enfermedades, problemas y trastornos están siempre disponibles primero como experiencia tanto a nivel emocional como mental, de forma que si nos escuchamos, y nos mantenemos sanos a esos niveles, el cuerpo físico no tiene porque sufrir nunca ningún tipo de distorsión.

David Topí
http://davidtopi.com/

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