La mayoría de los seres humanos estamos fabricando
constantemente expectativas sobre qué nos pasará a continuación y nos agarramos
tan fuertemente a ellas que nuestra flexibilidad o apertura mentales quedan
gravemente disminuidas. Cuando lo que ocurre no coincide con lo que nosotros
habíamos planeado nos resistimos a ello.
¿De
dónde procede esta resistencia?
Una
de las explicaciones que tenemos es la provinente del psicólogo Albert Ellis.
Este autor presentó una lista de creencias irracionales que los occidentales
usamos en nuestras vidas sin ni siquiera darnos cuenta. Las más relacionadas con
la actitud de resistencia son:
-
No puedo soportar que la cosas vayan mal o a las personas difíciles.
-
Mi vida debe tener pocos líos y problemas importantes.
-
Es terrible y horrible que las cosas importantes no vayan como yo quiero.
-
No puedo soportar que la vida sea tan injusta.
-
Necesito bastante gratificación inmediata y, si no la consigo, tengo que
sentirme desdichado.
Ellis
llama a estas creencias “irracionales” debido a que no se basan en ningua
evidencia y a que nos impiden funcionar de manera óptima en nuestras vidas. La
mayoría de las personas quedan “atascadas” en las emociones negativas que surgen
cuando algo no sale como esperaban. Este anclaje supone un gasto de tiempo y
energía que dificulta encontrar la mejor manera de afrontar la situación.
Una
herramienta útil para salir o incluso evitar este estado de estancamiento es
reformular la situacion dotándola de un nuevo significado. No se trata e
intentar autoengañarnos creyendo que en realidad es bueno que las cosas nos
hayan salido “mal”, si no de tomar consciencia de que:
-
Afrontar situaciones ineresperadas forma parte de la vida.
-
Somos capaces de soportar las cosas aunque no sean como nosotros deseamos.
-
Que la cosas no nos salgan como queremos no es horrible ni catastrófico,
simplemente no es lo deseable.
-
Cuando algo no va como esperábamos no tenemos obligatoriamiente que sentirnos
desdichados.
Esta
reformulación es la base para una nueva actitud ante la vida: Nos permitirá
dejar de resistirnos a la realidad para pasar a vivirla. Haremos como hacen el
resto de los seres vivos de nuestro mundo: luchar por la supervivencia con todo
nuestro empeño y, ante la adversidad, simplemente buscar otras alternativas sin
añadir más sufrimiento extra a nuestra existencia.
¿O
habéis visto alguna vez una planta en plena rabieta dando patadas al muro que le
acaba de tapar la luz?
¡No!
simplemente busca la forma de treparlo usándolo de base para crecer.
V. Narváez - Psicóloga