viernes, 20 de marzo de 2009

No creo que Machado quisiera volver la vista atrás y ver la senda que nunca se ha de volver a pisar...


la notita de color rosa es mía

espero que la leyera...








"Setenta años desde la muerte de Machado (...).

A nadie le puede dejar indiferente el patético final de su vida y el hecho de que sus restos, como los de su madre, descansen en el pequeño y retirado cementerio de Cotlliure.
Últimamente han aparecido en la prensa numerosos comentarios en este sentido. Hay los que abogan para que estos restos vuelvan a España. No estoy de acuerdo. Los Machado fueron atendidos con la máxima caridad en Cotlliure por la propietaria del Hotel Bougnol-Quintana, les proporcionó donde dormir, comer, ropa, esperanza y hasta sellos para sus cartas.

Y, cuando llegó su muerte, a Machado se le rindió todos los honores, con entierro digno incluido, como se pueden apreciar en las fotografías que se conservan.

Desde entonces, Cotlliure no ha dejado nunca de ocuparse del poeta. En 1957, el Comité Antonio Machado de la localidad promovió una suscripción popular para la construcción de una sepultura nueva (...)"

Morir en Cotlliure Ian Gibson
El Periódico 10/03/2009

1 comentario:

aguila que cae dijo...

Lo admito, esta vez me sentí conmovido. Fue como si de pronto el silencio me tocara el alma. De repente tuve esa sensación de estar frente a la tranquilidad que despierta la convicción de las ideas, del reposo sereno que proporciona la palabra embellecida y, por ello, incontestable; frente a la grandeza de vivir la vida intensamente... al cobijo del pueblo. Entonces, tocado por la magia del lugar, me senté a tu lado en silencio a escuchar los versos del viento, bajo la sombra de aquel árbol que hoy sirve de custodio y compañía al poeta.

Nunca antes había visto la tumba del poeta. Me impresionó. Me conmovió su grandeza bajo esa modesta lápida, sobre todo, el amor y respeto que aún despierta el poeta en su gente, en su pueblo, y en todos los que, como él, imaginan un mundo mejor para compartirlo entre todos, como el pan y la sal, como los poemas que se regalan sin motivo alguno, sólo por el placer de recrear lo bello.

Besos!