“…las balas de las ametralladoras de los soldados de Chile, que otra vez habían traicionado a Chile.” 1
Mantuvo el libro abierto unos segundos más contemplando la última frase, como si la quisiera memorizar, hacerla suya, grabarla en su cerebro con tinta indeleble.
Habían transcurrido las últimas semanas entre palabras de despedida y lágrimas pintadas de verdad amarga. Decidió pasar aquellas horas releyendo su libro, a pesar de que nadie entendió la razón.
Toda su serenidad pasaba por aquellas páginas cuyo tono ocre le calmaba los sentidos. La simetría de las letras producía en él una suspensión en sus pensamientos que ahora, más que nunca, necesitaba. Acariciaba la suave rugosidad de aquella tapa encarnada de manera firme, como queriendo mantener unos segundos más la cordura de lo material.
Oyó la puerta. Entraron dos celadores y aquella enfermera de ojos dulces...
1.Neruda, Pablo (1979). Confieso que he vivido. Barcelona: Arcos Vergara.
E.
2 comentarios:
Queen, no es casualidad que hables de Chile en tu relato, ¿verdad? Recuerdo cuando me explicaste tu "incógnita de pasado" con ese país.¿Conseguiste resolverla?
Kss
Fernando
Así lo veo yo:
La cita introductoria es la que pone el marco en donde se desarrolla la acción y se volverá esencial para comprender el desenlace. Respetar el marco conceptual le da al relato una coherencia de principio a fin y justifica su estructura. No se menciona ninguna historia en particular, sólo se sugiere el momento histórico y el ambiente prevaleciente. Quien conoce lo que sucedió en esos días, sabe de las historias inimaginables que ocurrieron entonces.
Cada párrafo da cuenta de un aspecto de la psicología y estado de ánimo de quien espera lo inesperado. De esta manera se arma la historia.
La tensión y el dramatismo del relato están dados por la acumulación de indicios que sugieren todo un panorama psicológico y vivencial, de los cuales la autora prefiere no dar su interpretación personal, cediéndole este privilegio al mismo lector. Así, el desarrollo del relato se legitima sin necesidad de recurrir a falsos artificios ni argumentos rebuscados, por el contrario, la sencillez, expresada con sutileza es la clave estética del relato.
Llama la atención el apunte psicótico de ciertas manías ocasionadas por la certidumbre de la fatalidad. Por ejemplo, el querer memorizar la última frase de un poema como antídoto a la demencia, o aferrarse a la cordura del mundo material a través de reconocer la textura de la tapa de un libro, o de la necesidad neurótica de la simetría en las letras del texto para conservar la calma.
En el último renglón se sintetiza la trama (humana) y se libera toda la tensión y el dramatismo acumulados en cada renglón del relato.
La última imagen es sencillamente maravillosa, en ella se condensa el dramatismo de quien sin mayor esperanza de vida sufre la tortura aberrante, y la sensualidad erótica que evocan esos dulces ojos, que inspiran a mantener la vida. Me encanta.
Así se cierra el círculo iniciado con la cita textual, dejando tras de sí la complejidad de una situación social y la permanencia amorosa por la vida.
Besos!
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