Cuentan que en la edad media, un hombre fué injustamente acusado
de asesinar a una mujer.
En realidad, el verdadero autor era una persona influyente y por eso
buscaron a un "chivo expiatorio" para encubrir al verdadero culpable.
El hombre fue llevado a juicio, conociendo que tendría poca oportunidad de escapar al veredicto: ¡ LA HORCA !
El Juez, también cómplice, cuidó de que pareciera un juicio justo y
le dijo al acusado:
- "Conociendo tu fama de hombre devoto del Señor, vamos a dejar en manos de Él tu destino. Vamos a escribir en dos papeles separados las palabras culpable e inocente. Tu escogerás uno de ellos y será la mano de Dios la que decida tu destino"
Por supuesto, el juez corrupto había preparado dos papeles con la misma leyenda: "CULPABLE", y la pobre víctima se dio cuenta que era una trampa. No había escapatoria.
El Juez conminó al hombre a tomar uno de los papeles doblados.
¿Qué piensas que hizo?
¿Tú que harías?
¿Intentar huir?
¿Resignarte a ese fatal destino?
No sigas bajando para ver qué hizo él, y piénsalo un momento.
¿Encontraste una solución?
Baja ya y mira qué es lo que hizo aquel hombre inteligente.
El hombre inspiró profundamente, quedó en silencio unos cuantos
segundos con los ojos cerrados pensando, y cuando la sala comenzaba ya a impacientarse, abrió los ojos y con una extraña sonrisa, escogió y agarró uno de los papeles y, llevándolo a su boca, lo engulló rápidamente.
Sorprendidos e indignados, los presentes le reprocharon airadamente.
- "Pero... ¿qué hizo?... ¿Y ahora?... ¿Cómo vamos a saber el veredicto?"
- "Es muy sencillo" respondió el acusado, "Es cuestión de leer el
papel que queda y sabremos qué decía el que yo escogí"
Con rezongos y disgustos mal disimulados, tuvieron que liberar al acusado, y jamás volvieron a molestarlo.
Moraleja:
Por más difícil que se nos presente una situación, nunca dejemos de buscar la salida ni de luchar hasta el último momento.
1 comentario:
No hay que darse nunca por vencido. La vida nos presenta pruebas unas más difíciles que otras, pero que siempre podremos superar si confiamos en nosotros mismos. Me ha gustado el cuento.
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