martes, 31 de octubre de 2017

Respeto

El respeto es la base de cualquier relación sana, cuando el respeto se rompe, todo se vuelve complicado de sostener, inclusive es más decisivo en una relación que el mismo amor. Si no eres capaz de respetar a tu pareja, le harás daño una y otra vez, jugarás en contra de la relación y si es necesario explicártelo para que logres entenderlo, probablemente tus niveles de egoísmo estén tan elevados que sea conveniente que hagas una revisión profunda de lo que eres capaz de dar.

El respeto debe nacer de cada quien, inclusive cuando entre ambas partes se establezcan límites y se generen acuerdos específicos. No debe ser necesario explicar que si agredes, que si ofendes, que si mientes, que si engañas, que si escondes, que si burlas a tu pareja, la estás irrespetando y eso solo genera distancia, hastío, deseos de venganza, desilusión y decepción… Siempre agrega elementos no deseados a la relación, la hace frágil, inestable y muchas veces la lleva al quiebre.

Aprender a valorar lo que se tiene, sin necesidad de perderlo, nos ahorra lecciones dolorosas, nos hace preservar en nuestra vida a personas que nos aman, que ven en nosotros algo tan especial que hacen querernos a su lado. Nada más triste que perder a quien está dispuesto a tanto por nosotros por no hacer uso del sentido común, por no aceptar que lo que hacemos está dañando o por no querer ceder espacios.

Si tienes dudas en relación a que si tus acciones están irrespetando a tu pareja, sencillamente trata de colocarte en los zapatos de la otra parte, con la información que esa persona puede manejar y trata de identificar cómo te sentirías.

Si no eres capaz de respetar a tu pareja y le estás afectando con tus acciones de forma negativa, deberías sincerarte con relación a lo que quieres, decidiendo por la soledad, alguna relación con alguien más por quien te sientas más inspirado a no lastimar o bien tomando medidas en tus acciones que reviertan el daño generado e impulsen la relación por una ruta más sana.


Sara Espejo – Rincón del Tibet

lunes, 30 de octubre de 2017

Llegar a las emociones


Cuando el dolor deja de doler sabemos que lo hemos aceptado y hemos aprendido a ser con ello. De esta manera, llegará un momento en el que daremos las gracias por habernos caído, ya que solo así habremos aprendido a levantarnos y valoraremos más estar de pie.


No sirve de nada afrontar un paso reviviendo las situaciones en nuestra cabeza una y otra vez: la única forma de mirar al futuro es ir más allá de la suma de acontecimientos, llegar a las emociones y conocernos desde todas las perspectivas que la vida nos pone delante.

C. Medina Gómez

lunes, 23 de octubre de 2017

Reconocimiento


Calma...

Durante nuestro tránsito por la vida, vamos experimentando un sinfín de vivencias, nos vemos expuestos a todo tipo de situaciones, pasamos por cosas que nos facilitan nuestra felicidad y por cosas que nos generan mucho sufrimiento, siendo éstas las que por lo general nos cuesta tanto entender y darles sentido.

Muchas veces pensamos que la vida es injusta, que no nos merecíamos vivir tal cosa, que teniendo tantas opciones cómo haya resultado posible que una situación desencadenara en el resultado menos apreciado por nosotros, que existiendo tanta gente que podemos considerar que necesita mayores lecciones, nos veamos tan afectados por la vida, con cosas que pueden estar aparentemente fuera de nuestro control.

Pero resulta, que la vida, la maravillosa y peculiar vida, por lo general no nos deja con muchas dudas, sino que se encarga de aclararnos a medida que pasa el tiempo, por qué algo que no nos encajaba en su momento, resultó siendo una pieza tan crucial de nuestro rompecabezas.

Qué aprendizaje o cambio de visión nos dejó esa experiencia tan amarga, cómo el amor de nuestras vidas, vino justo después de esa experiencia fallida que sentimos que nos robaba las ganas y la confianza en el amor, cómo después de haber despedidos de algún trabajo, emprendimos en la búsqueda de nuestra realización, cómo haber sufrido de ansiedad nos permitió conocer un lado de la vida totalmente diferente y resultar en un ser humano fortalecido y sin miedo a nada.

En fin, solemos cuestionar muchas cosas que ocurren en nuestras vidas, sin aceptar, solo resistiéndonos a que ocurran y con esa resistencia y negación, lo que hacemos es empeorar las cosas, alargamos la experiencia y no vemos lo que en realidad quiere mostrarnos. Solo cuando soltamos las armas y aceptamos con humildad que desde donde estamos solo nos queda aceptar y dejar fluir, es cuando veremos que la vida no quería atacarnos o hacernos mal, que es nuestra aliada y solo quiere para nosotros lo mejor, nuestro mayor crecimiento, que evolucionemos, que saquemos de nosotros lo mejor.

La vida está allí jugando a nuestro favor, somos nosotros los que la sentimos un tanto parcializada con otro equipo, o bien saboteando nuestro juego, pero la realidad es que los únicos que interferimos en nuestra vida, en nuestra evolución, somos nosotros mismos, somos nosotros los que nos ponemos límites, los que nos derrumbamos, los que acabamos con nuestra paz a través de pensamientos angustiantes, pero de la misma manera que nos perturbamos, podemos tomar el hábito de hacer lo contrario.

Podemos decidirnos confiar en la vida, en sus procesos, en sus dinámicas, poniendo siempre lo mejor de nosotros mismos y esperando siempre lo mejor.

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martes, 17 de octubre de 2017

Gràcies, L.

Querido ser humano:
Entendiste mal. No estás aquí para ser maestro del amor incondicional. De allá vienes y ahí regresarás.
Estás aquí para aprender el amor personal. El amor universal. El amor complicado. El amor sudoroso. El amor alocado. El amor roto. El amor entero. Infundido con la divinidad. Vivido a través de la gracia de los tropiezos. Demostrado a través de la belleza de… complicarlo a menudo.
No estás aquí para ser perfecto, YA LO ERES. Estás aquí para ser hermosamente humano. Imperfecto y extraordinario. Para levantarte de nuevo y recordarlo.
¿Pero amor incondicional? Deja de contarte esa historia. El verdadero amor, no necesita ningún adjetivo, no necesita ser modificado, no necesita la condición de la perfección; sólo te pide que te dejes ver y que hagas lo mejor que puedas. Que estés presente y te sientas completamente pleno, que brilles , que vueles, que te rías, que llores, que te lastimes y sanes, que te caigas y te vuelvas a levantar, que juegues, que trabajes y que vivas y mueras siendo tú.

Eso es más que suficiente.

M5RI0

que será en otra vida, vale, pero que sepas 
que me debes una cena por esos 50