“Yo me comprometo a vivir con intensidad y regocijo,
a no dejarme vencer por los abismos del amor, ni por el miedo ni por el olvido, ni siquiera por el tormento de una pasión contrariada.
Me comprometo a recordar, a conocer mis yerros, a bendecir mis arrebatos.
Me comprometo a perdonar los abandonos, a no desdeñar nada de todo lo que me conmueva, me deslumbre, me quebrante, me alegre.
Larga vida prometo, larga paciencia, historias largas.
Y nada abreviaré que deba sucederme: ni la pena ni el éxtasis para que cuando sea viejo tenga como deleite la detallada historia de mis días.”
Ángeles Mastretta, La emoción de las cosas
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