Esta butaca es el único lugar desde donde podemos observar toda nuestra proyección y desde la cuál podemos corregir los puntos en los que, pese a la multitud de roles diferentes que experimentemos, el guión se repita una y otra vez.
Un estilo de vida basado en el esfuerzo constante no deja espacio a la revisión y puede llevarnos a diluirnos en papeles que no son más que medios y oportunidades para desarrollar nuestros talentos o para pulir nuestras debilidades.
Puede que en tu búsqueda interior logres tomar consciencia de que eres mucho más que cualquiera de tus roles. A concebir que eres el teatro completo. Incluso de que eres el espacio que contiene y genera el teatro en su magnitud, pero estás experimentándote en este mundo y para ello te corresponde una única butaca.
Una butaca que se encuentra justo en la fila anterior al instante de manifestarte en este mundo.
Sin el espacio interno para lograr identificarla, sentarte y sentirte en ella, puedes llegar a sentir un vacío interior que no es más que el síntoma que produce tu butaca vacía.
Nada ni nadie podrá ocuparla. Solo te corresponde a ti.
Tratar de cederla, o de sentarte de forma incómoda en ella creyendo que eso ayudará a otros a sentirse mejor, es una actitud que debilitará todos los aspectos de tu vida.
Lo mejor que puedes hacer por ti y por el resto, es sentarte con amor dentro de ti y desde esa comodidad, liderar tu vida.
Autor: Andrés Tarazona (publicación autorizada por el autor)
publicado el 09/01/20 en el blog de Emilio Carrillo "El Cielo en la Tierra"
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