viernes, 12 de febrero de 2016

20 segundos. Decide. Decido.

“Los pensamientos crean productos químicos que se vierten en torrentes que cursan a través de nuestro cuerpo. Dentro de los 20 siguientes segundos tras un pensamiento, la composición química del cuerpo se ve alterada, lo que deriva en un efecto ácido o alcalino en nuestro cuerpo. Si perseveramos en los pensamientos negativos, nuestro sistema nervioso envía los productos químicos a los músculos; nuestro cuerpo físico se contrae y el pensamiento se vuelve difuso”.

Lauren Robins


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